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Post 123: Las espectativas de Dior.

Bien, lo cierto es que afuera luce el sol y estamos a mediados de Julio, así que a nadie le apetece oír hablar de prendas de abrigo y trajes de manga larga, pero no nos hemos podido resistir a echar un vistazo a las colecciones de inverno de la Alta Costura parisina, y como no teníamos que empezar por Dior ya que la reciente incorporación de Raf Simons a su elenco de diseñadores nos traía mas que expectantes. ¿Quién puede resistirse?
Uno de los modelos que nos llamó la atención por
contener recuerdos del New Look y los tradicionales
bordados florales de la casa Dior.
Pues bien, la colección comenzó de forma sutil y sencilla, y a medida que los modelos desfilaban no pudimos hacer otra cosa que echar la vista atrás y racionalizar lo que estábamos viendo. Si es cierto que Galliano era el amo de la pista en todos los sentidos, en formas, colorido, texturas y fantasía pero lo cierto es que Simons no ha logrado captar la atención en ningún momento con ninguno de sus modelos. Los cortes se repiten hasta pensar que el mismo modelo ha desfilado dos veces y la falta de colorido o los largos de las prendas nos llevan a un momento oscuro y de crisis, quizás eso es lo que quiso representar. Las texturas, muy acartonadas crean siluetas desproporcionadas y sin fluidez, y como atrevimiento realiza modelos bicolor combinando tejidos diferentes en delantero y espalda pero sin mucho sentido ni coherencia y como toque moderno, se aventura en el mundo del estampado gigante en tejidos excesivamente oscuros.
Quizás sea una primera prueba y esté tímido a la hora de diseñar pero las referencias a su antigua casa (Jil Sander) son tan obvias que parece que no valla a dar la talla en la casa Dior.
Una cosa si que cabe destacar y es las sutiles referencias a la faceta mas constructiva y sobria de Cristian Dior, marcando mucho las cinturas y sobredimensionando las caderas como reinventando en New Look (cosa que ya había hecho Galliano en varias ocasiones), pero aun así creemos que no logra llegar al corazón de los amantes de la Haute Cuture, es una colección sin la esencia Dior o mas bien con una esencia prestada de Jil Sander, en definitiva una colección sin alma.
Pero como ya comentamos con Bill Gaitten hay que darle una nueva oportunidad, quien sabe puede que en las colecciones Pret-a-Porter o en la de Primavera – Verano nos sorprenda. Démosle un voto de confianza.

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