La Haute Couture parisina pasa y debe pasar por Chanel, la firma, junto con Dior, de más solera y antigüedad de todo el elenco de casas de Alta Costura del mundo.
Chanel, siempre ha sido garantía de sobriedad, serenidad, clasicismo y cierto toque masculino en todas sus colecciones y esta vez, para no ser menos sigue en la línea.
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| Chanel siempre fiel a Chanel. |
Como es de costumbre, la firma creó un escenario singular e innovador en el Grand Palais, en esta ocasión un teatro en ruinas con una moderna y vanguardista ciudad como telón de fondo fue la escenografía elegida por el creador Karl Lagerfeld que este septiembre cumplirá 80 años. El Kaiser de la moda sigue fiel a los postulados de Madame Chanel y crea una colección cuajada de tweeds, con formas desentalladas, holgados vestidos y corte sastres perfectos. Pero a pesar de del rigor estético de la firma, no innova nada en absoluto creando mas de lo mismo con pocos o ningún cambio, es decir, mas de lo mismo.
Parecería que las grandes casas de moda están dejando el terreno libre para que las nuevas hornadas de diseñadores ocupen su lugar ya que ni Dior ni Chanel están dando en el clavo últimamente, ya sea por un exceso de renovación de directrices estilísticas o por una eterna inmovilidad. Pero como “nunca falta un roto para un descosido” como se suele decir, tiene que haber gusto para todos y nunca menospreciar el esfuerzo que sin duda han hecho todos los creadores (y sus equipos) para presentar sus colecciones. Así pues os dejamos con una colección sosa y estancada en el pasado pero de la que siempre se puede sacar algo, aunque sea lo que es mejor no hacer.
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