Pero para dejar un buen sabor de boca, y esto dicho en su sentido más amplio, Ana Zuazo, culpable de estos magníficos encuentros y su equipo nos dejaron un broche de oro. Ni más ni menos que un encuentro triple con El Huerto Ecológico del hotel Wellington, El crítico gastro-fílmico Albert Luccini y la Cocina de la Terraza del Wellington ¿se puede pedir más? Pues si, la compañía de bloguers que encuentro a encuentro se están convirtiendo en casi una segunda familia política. En el entorno de la azotea del Wellington y con Los Tejados de Madrid como telón de fondo empezó nuestro encuentro. Arriates llenos de lechugas, tomates, calabacines y demás verduras fueron los invitados de honor y para ser sinceros hicieron las delicias de nuestros paladares. Este fue nuestro primer plato de la noche, fresco y ecológico sacado de la cabeza del director de la Fundación Wellington, quien decidió montar este huerto con la ayuda de su cocinero jefe, y como no podría ser de otra forma, surte a las cocinas del hotel.
El segundo plato fue un maridaje entre cocina y cine, pues aunque suene extraño, nuestro invitado estrella, el polifacético Alberto Luccini se maneja entre ambos mundos. Critico de las dos disciplinas es el responsable de la revista Metrópolis desde hace más de dos décadas. Serio, con un punto ácido, seguro de si mismo y con confianza plena en lo que hace y como lo hace, Alberto soportó estoicamente una batería de preguntas sobre cocina y cine, de las que caben destacar dos citas:
"Que gran espectáculo el del Bullí y que bien comimos en Can Roca"
" La mejor película gastronómica: Ratatouille "
Dos frases que para mi condensan la personalidad de Alberto, alguien que disfruta de lo que hace y que aún no ha perdido este toque de niño tan importante para poder seguir poniendo al mal tiempo buena cara. Pero quizás lo que marca la filosofía más profunda de nuestro personaje, para quien sólo hay dos "géneros" de cine El BUENO y EL MALO, es una frase que dice más por lo que calla:
"No voy a gastar papel en escribir sobre un mal restaurante"
Pues si, para que fijarse y perder tiempo con cosas malas y sin importancia teniendo tantas buenas cosas de las que se puede disfrutar y hablar. Y precisamente eso es lo que hicimos en nuestro tercer plato, hablar de la velada tan especial que estábamos viviendo y disfrutar de todos y cada uno de los platos que el excelente (y eso es exactamente lo que pienso) servicio de camareros y cocina de "las Raices del Wellington" situado en la terraza del Hotel, nos ofrecieron.
Una cena digna de un gran paladar que supimos disfrutar en compañía de ese grupo de blogeros ya conocidos como una familia de redes.
Pues bien entre plato y plato la noche veraniega se nos echó encima y sin más nos despedimos sabiendo que en breve y tras los calores el reencuentro sería deseadamente inevitable. Gracias equipo por esta temporada de encuentros.
Feliz verano y la vemos a la vuelta.
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