Poco a poco el local se fue
llenando y con el las copas de vino y los ánimos del personal.
Los comensales se sientan,
los patos comienzan a lucir las mejores galas de la cocina, cecinas con
almendras, pularda con ciruelas, ensalada de salmón, fiochetti de gorgonzola, …
las viandas fueron endulzando, salando, picando, y alegrando el paladar de
todos y cada unos de los comensales hasta de de repente el sonido de los platos
y las charlas se vio interrumpido por unas notas, unas pequeñas notas de piano
que presagiaban el inicio de la fantasía.
Una a una las melodías
fueron encabalgándose al reloj para hacer que el tiempo pasase sin sentir,
hasta tal punto que la sala se tornó en una máquina del tiempo que nos trasladó
a todos a aquellos momento sen los que las grandes divas del teatro se
acercaban desde el cercano Teatro María Guerrero a saborear las viandas y a
departir momentos de música y tertulia. Y junto a ellas, las parejas de enamorados,
las familias de celebración, los amigos cómplices e incluso alguna pareja en
solitario para despedirse de ese ser amado que ya no estaría mas a su lado.
Gracias José y Paca
por compartir un recuerdo,
un momento,
una música,
un sabroso y fantástico
pedacito de tarta.
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